
Cuando se es niño, muchas cosas nos pasan desapercibidas. Quizás por no comprenderlas, o no estar atento. Lo bueno es que el hecho se queda grabado en nuestra memoria.
Ella vivia al lado de mi casa en Villa Mella.
Recuerdo esa tarde sentado frente a la tv, viendo ´La Batalla de los Gobots´ con Lider 1 & Cykill luchando por el control de la Tierra. Cuando tocan la puerta de mi casa, y era ella.
– Ven pa´decite una cosa – me dijo.
– Que lo´que tu me vá´decí? – pregunté.
– Ven, e´di´una vé – ripostó.
´coño, ahora que lo muñequito tan ma bueno´, pensé.
Cuando se es carajito, nada puede resultar más ventajoso que el hecho de experimentar vainas que solo se podían ver por tv o revista. Pechos vírgenes, pubis inexplorados, labios rojos. El morbo de tener al lado a una chica.
Lo primero es que nos sentamos en la galeria de su casa. La jeva saca una mascota, en cuya portada tenia la foto de un oso de peluche muy feo, y comenzó a leer:
´tu eres… bla bla bla…
y cuando pienso en… bla bla bla…
solo imagino… bla bla bla…
espero que nunca… bla bla bla…´
Al principio creí que me pedía su opinión, ya que ella era muy dada a esas cosas de escribir y ser romántica. Pero no!
O sea, la jeva me había me había escrito un poema, y me lo estaba declamando.
– que tu piensa de eso? – preguntó.
No sé porqué, pero me cayó una risa del diablog!.
Anja! Yo con apenas unos 12 años, ella con 16.
– ta´ bonito – fue lo único que me salió decir.
Cuando se es muchacho que solo piensa en la tarea de la escuela, salir a marotear en el monte o esperar un aguacero de Mayo, nada nos cambia esos hábitos, hasta que el sexo opuesto, nos pone a espaldas de dicha rutina. Acto seguido de mi risa idiota, la chica me tomó de la mano. Cerró la verja de la galeria. Entramos a su cuarto y me tiró en la cama.
Pausa…
(respiro hondo mientras digito esto).
Ok, continúo…
La jeva se me tiró arriba y me ´aploñó´ la boca con la suya. Yo tenía los ojos abiertos, por si acaso intentaba otra maniobra. Ella también tenia los suyos bien ´open wide´, por si era yo el que intentaba otra cosa.
Cuando se es un ´palomo junior´, uno no piensa mucho en sucesos como el relatado, sino hasta 20 años después.
Al descubrir que los labios no harian otra cosa más que seguir estrujandose entre sí, la chica se levantó, me tomó de la mano nueva vez y me llevo a la galeria.
Me despidió y me dijo:
– ven mañana.
Uds creen que yo volví?
pb