
(Imagen tomada en la casa de una tía mia, loca con protegerse de ´lo malo´).
En una breve charla con varias personas, entre ellas el Javi, una amiga en el chat de Gmail y mi madre, he llegado a la conclusión que pocas cosas nos quedan de esa infancia mágica, en nuestros barrios y campos. No es que lo que sigue a continuación haya desaparecido, pero cada vez es más raro encontrar algunas costumbres o enseres en la cocina dominicana. He aquí unas cuantas:
* Molenillo: Utensilio práctico de la cocina, que consistía en un palo de madera como mango, y en el otro extremo, una especie de corona de metal, redonda. La función era batir la avena u otro elemento alimenticio, para hacer jugos, remedios, etc.
* Medio Fondo: Pieza indispensable para ´mujeres que se respetan´. La función de esta prenda, era el no permitir que se transparentara la falda, y permitiera que se vieran los interiores (Panties). Solo las mujeres ´evangélicas´, son lo últimos especímenes que he visto usando eso.
* Guallo: Pieza de metal, gralmente de 4 caras, utilizado para triturar alimentos. Especialmente el coco, la zanahoria, la yuca, etc. En tiempos modernos como los actuales, ante la proliferación de procesadores de alimentos y licuadoras de alta velocidad, esto ha pasado a mejor vida.
* Mosquitero: Recientemente el Blother Javi, hizo un extenso trabajo al respecto. Para leer más, Click Acá.
* Coladores: Otro personaje de la cocina dominicana. Consiste en un alambre doblado, el cuál un extremo tiene forma circular, cubierto por una tela. La función es el colar café, infusiones de té con hojas, etc. Aunque también está la variante del colador plástico, para liquidos menos calientes. Recuerdo que mi mamá colaba los jugos de piña y guanabana en un o de plástico. Si era un té de hojas de naranja, usaba el de tela.
* Bacinillas: Desde tiempos inmemoriables, la bacinilla es un utenzilio que ha servido para resolver varios problemas de un intestino averiado. De pequeño, recuerdo que en mi habitación tenia una color azul, debajo de la cama. Pero ya son otros tiempos, esa magía de despertar a media noche, y ´aplatarse´ se ha perdido.
* Mata de Sábila: Siempre que en un barrio popular, surgía el rumor de que las ´brujas se estaban chupando a un muchacho´, una de las tantas maneras de auyentarlas era esta. Claro, habían otras formas, como por ejemplo, poner la escoba para arriba parada en la puerta delantera del hogar, o tirar un puño de sal en grano todas las noches. Pero la sábila, aparte de ser saludable y de resolver infinitos tipos de gripe y otras dolencias, se utilizaba como amuleto. Siempre enganchada en la entrada de la casa. Cabe agregar, la tradición de clavar un pan de agua en la misma entrada de la casa, para que nunca falte el pan en ese hogar. Pero la sábila, es para ´ahuyentar los malos espiritus´. Ahora yo no creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan!.
* Altar de Santos: En los barrios capitaleños, nunca faltaba una doña que creia hasta en una picada de ojo para jugar un número. Of course, previa consulta de ´sus guardianes´. Hablamos de las imágenes, parte de la santería, adosada con el sincretismo propio de la ignorancia. Tenía una tia, que de solo pensar que iriamos a su casa, me aterraba. Tenía un santuario,
con más de 30 imágenes diferentes. Siempre, este tipo de espacio, estaba adornado con velas y lazos de colores, vasos con refresco rojo, y por supuesto, con la imagen de San Elias (el barón del cementerio), Jesucristo sacramentado y Anaisa la dominadora.
* Azabache: El ´Mal de Ojo´ era otro de los ´azotes´ en los barrios pobres. De ahí la costumbre de antaño en nuestros pueblos, de ponerle apodos a los niños, o un nombre diferente con el que fué declarado en su acta de nacimiento. La función del apodo es este. Que si le ´echaban´ un ´mal de ojo´ o ´brujeria´, le cayera al dueño de ese apodo, pero no al que poseia el nombre real. Tons, la función principal del azabache, en este caso, para los niños recién nacidos, era el de proteger a la criatura, de cualquier mal deseo. Consistía en un lazo rojo, con un pequeño objeto, gralmente una manita negra, apuntando con el dedo indice. Se le amarraba este lacito, en la mano o un pie.
* Anafe: En la capital, cualquier persona mayor de 25 años, y que se crió en un campo o un barrio, debe tener dos cicatrices: o la del muffler de un motor o la de un anafe. Este aparato en cuestión, el anafe, era una cocina portátil, alimentada por carbón vegetal. Siempre se encendía con cuaba o con pedazos de platos de foam, para crear una llama y luego soplar leve y uniformemente. Si en la casa había un abanico, era bueno colocarselo de cerca, pero con cuidado, porque si el carbón era malo, este despedía muchas chispas y se consumía rápido. Es raro en el día de hoy ver una casa que tenga anafe, pero he visto recientemente, vendedores ambulantes de carbón, lo que quiere decir que se siguen usando. De todas formas, el anafe sacó de apuros a muchas amas de casa, quienes aunque ya tuvieran estufa de gas, en algún momento recurrieron al anafe, para terminar de cocer alimentos.
* Pilón de Majar: Desde ajo, cebolla, arroz y café, hasta plátanos para hacer mofongo. Es extraño encontrar un ´piloncito´ en una cocina dominicana, por supuesto, hay amas de casa que no creen en los sazones que vienen preparados en sobrecitos, por ello agarran y se fajan en la meseta de la cocina a majar su ´recaito´ con verduras y otras especias.
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