«No creo necesario querer copiar en todo a Mujica. ¿No es mejor copiar el sistema educativo en Finlandia o leer 47 libros al año como ellos?»
Así me expresaba en Facebook y Twitter, sobre el repentino afán de querer emular la forma de ser de alguien, que se ha convertido en una especie de `Pop Star` en latinoamérica. En un tweet, un usuario me recriminaba el que en República Dominicana no tenemos que copiar nada, sino ser organizados. Tarea difícil, si tomamos en cuenta la exhortación («boche») hecha por el uruguayo hacia Minou Tavarez, sobre la logística de una firma de libros.
Pero a ese usuario y a quien lea esto, sepan que en ERREDE solo nos organizamos para jodernos el uno al otro. Lamentable pero así es. Y llama poderosamente la atención, el que ahora todos querramos ser como el expresidente uruguayo. Que con todas sus luces, tambien nos deja la tarea de analizar nuestras sombras.
Me pregunto tantas cosas, por ejemplo: ¿por qué causa tanta fascinación un hombre honesto y directo, cuando esas deberían ser las cualidades principales de todo funcionario público? ¿Acaso no sienten vergüenza nuestros mandatarios latinos, ante este señor? ¿Se atrevería un político local a conducir un «cepillo», o a reducir su escolta personal? O sea, los cientos que se dieron cita a los lugares que Pepe Mujica visitó, ¿llevarían a la práctica sus palabras?
Copiar es lo unico que nos queda. Pero copiar lo bueno y que a la vez, se ajuste a nuestra realidad de república bananera. Total, ya celebramos fiestas foráneas como propias, dejando a un lado nuestra identidad como si nos avergonzara. Y eso es un solo caso.
Vaya mi admiración también para José Alberto «Pepe» Mujica Cordano, aunque su modelo diste mucho del nuestro. Que quienes proclaman querer emular sus ideas y visión, puedan hacerlo sin tanta alharaca. Y seamos coherentes por favor, seamos coherentes.
pb.