La Calle El Conde.

Desde siempre mi fascinación por el casco histórico de la ciudad de Santo Domingo, Zona colonial, me ha llevado a viajes inmemoriables, de lo que debe sentir una persona por su tierra.
Nací en Ciudad Nueva. Entre viejos edificios, trataba de montar bicicleta, pero nunca pude, sino hasta los 18 años.
Recuerdo los dias en un edificio ubicado en las cercanias del parque de San Miguel. Viviamos en un cuarto piso, y estaba sin empañetar. Las escaleras eran una odisea, al abrise paso entre escombros de blocks rotos y fundas de cemento.

Recuerdo las tardes entre las tazas de café que mi abuela preparaba, frente a un viejo balcón, de donde divisaban las casas coloniales, con sus tejas roidas por el tiempo, el salitre y las cagadas de paloma. La brisa era más fresca que ahora. En una de esas tardes, conocí lo que es el tarot, con una señora de aspecto lúgubre como la noche, leyendo las manchas del café sobre un platillo con detalles bizantinos, y tirando las cartas sobre un mantel de colores y bordados tenebrosos.
Pero los días felices, vinieron cuando bajé por primera vez a la calle El Conde. Todo era bullicio, todo era una pasarela de ´fantamosos´ enseñando sus gruesas cadenas de oro (?). En esa época no habían tantos mendigos ni ´locos´.
Años más tarde, mientras estudiaba inglés en el Learning Center, recuerdo entrar por primera vez a una tienda de discos: Musicalia. ´Ring! Ring! ´89´ de Ramón Orlando, era la oferta de la semana, cuyo LP estaba colgado en la entrada.

Pero luego, los años pasaron, y mis visitas al Conde fueron mermando, hasta 1997, cuando una tarde la nostalgía llegó a mis ojos y no pude contener las emociones de visitar nueva vez las calles adoquinadas, los balcones deteriorados y los sueños rotos de subir a la azotea del viejo edificio donde crecí, para poder comprar mentas en la paletera desvencijada que tenía una señora inválida. Precisamente, comprando una ´Vitalidad´ ví un globo de helio, que surcada las nubes, y esa tarde fuí un niño feliz.
Tanto, que al recordarlo ahora, necesito un pañuelo para seguir escribiendo.

Pero ya de adulto, El Conde me envolvió en su magía. Visitaba La Cafetera y Petrus, para el café de la reflexión. Iba mucho a Musicalía, Tiago´s y Karen CD Store, para comprar discos en oferta. Entraba con frecuencia a Casa de Teatro, Centro Cultural de España y Fusión Rose, para darme un ´bañito de cultura´.

Actualmente, El Conde mantiene su toque, pero no como en antaño.
Antes, El Conde, era el Plaza Central y La Pulga del pueblo sin distinción. Todo mundo hacía su exfoliación de ego sobre sus baldosas.
Hoy, es una arterial comercial, no tan olvidada, pero relegada al recuerdo de épocas espléndidas. Aún así, es un buen punto de ncuentro para amigos y enamorados.

Esta semana estuve caminando por El Conde, y descubrí que realmente, esa calle no ha cambiado. Cambian las personas, los peatones, las tiendas y los vendedores ambulantes.
Pero solo dos cosas no cambian: la calle en sí y sus mendigos y/o orates.

pb

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11 respuestas to “La Calle El Conde.”

  1. Proyecto Madrugada Says:

    El recordar, esa nostalgia por esos tiempos pasados que de cierta forma fueron formando parte de lo que somos ahora…cada vez que viajo al pueblito donde pase mi niñez en Baní la nostalgia desborda mis huesos, ando el pueblo completo y en cada estacion vivo de nuevo esa niñez…
    En cuanto al conde aun mantiene ese misticismo, esa magia viva, creo yo atraves de sus orates o de sus adoquines…
    Saludos desde Sadalsuud…

  2. mya Says:

    Mi papá trabajaba en el antiguo Hotel Comercial (actual Mercure Commercial), mis visitas al Conde eran incontables, las heladerías, la librería que estaba en el actual restaurante del hotel, Tiago’s donde compraba los posters… En definitiva, el Conde está lleno de historias, y creo que es lo que le sustenta esa magia, ese aire. Si sigo, lloro o lo hago más extenso.

  3. felito Says:

    Recuerdo que siempre buscaba una excusa para irme al conde con mi mama cuando era niño. Era la calle de comprar los zapatos, los tennis, la camisa del cumpleaños del vecino, el libro que no aparecia en parte y el lugar que caiamos cuando no habia nada que hacer. Todavia me encanta caminar por ahi y sentarme al final, en el parque a ver americanos fumando tabaco, y tomarle fotos a todo lo raro que encuentre.

  4. Lola Vasquez Says:

    Que hermosa nostalgia!!…El Conde, con sus mendigos, sus putas y sus viejos verdes es la mejor zona, considero yo, de nuestra ciudad.

    Adoquines con mas huellas que una playa cualquiera en verano, historias e historia para regalar y contar. Un aire bohemio que te colma el alma…desde que veo el parque, ahora con sus exposiciones fotograficas, que camino en lo que fue el Supermercado Perez con su peste a carne dañada (que nuuuuunca se le quitaba), sentia que el alma me cambiaba.

    Deseo como loca pasarme un sabado caminando por la zona historica, sentarme en la catedral a respirar «santidad» mirar las palomas y tener pena por los perros. Un cafecito, el sol y la brisa sabatina…no hay nada mejor.

    Precioso!

  5. Emykisses Says:

    ay el conde… si la calle el conde hablara… cuantas infintas historias tendria!

  6. wilson Says:

    es cierto no ha cambiado…hace unos meses camine por ella y de verdad me dio nostalgia..siempre me gusto la zona colonial…
    ah..recuerda que «el conde te quiere mama»…

  7. drlacxos Says:

    Todo el mundo tiene sus recuerdo del conde!

    el meterse al funtastico!, ir los viernes desde el liceo a Mehonca, comer helado en Petrus!, Ver los cds aperos en Musicalia, y mucho mas!< eso trae recuerdos!!!

  8. MiguiMix Says:

    una gran historia se esconde en esta calle….

  9. Chelu Says:

    Tanto loco y decricáo…
    Bue… todavía hay par de tiendas que se salvan, el cuento es andar montáo… no hay dónde parquearse casi nunca!!!

  10. Medea Says:

    El conde es Hermoso.. se respira historia en cada baldosa.. Hace dos anos me estube quedando en un pequeno hotel llamaod «Hotel Mercedes» en el conde…. hermosa casa colonial donde se trastocaban tus sentidos y los pasados…

    Es de mis lugares predilectos en la capital primada de america.. Donde el simple mortal, se viste en mi memoria , de traje…blanco y negro

  11. Lisandra Says:

    Mi lugar preferido en todo el país es el conde y meda pura nostalgia por en la tienda musicalia compre mi primer CD de Michael Jackson que fue en el 2002… El conde me trae bellos recuerdos!

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