Dejé de fumar un día de septiembre. Estaba soleado y era fin de semana largo… Casi me dá una sirimba subiendo una loma en la finca de mi abuelo. Me asusté. Luego de darme un baño y comer, estaba igual. Me dije que si eso era por el cigarro, que se fuera a la mierda ese vicio. Al otro día, no fumé. Y dije que a lo mejor podría aguantar al día siguiente. Quizá compraría o no. Y seguí en esa onda. Peeero algo importante. Cuando uno bebe romo/café o está en coro (que para el caso es la misma vaina), la ansiedad te ataca. Pues yo no suspendí nada de eso. Solo me dije que eso no afectaría mi propósito de que si volvía fumarme otro cigarro, me moriría para siempre. Y así es como ya llevo 13 meses sin fumar.
Pero debo decir que mi realidad con el cigarro era terrible. Fumaba un promedio de 60 cigarrillos por día. Así mismo! Una grande y una media, en días regulares. Si me iba de coro en bares o cherchas, eran casi 80 vainas de esas que metía. De mas está decir, para los que conocen el vicio, es que antes y después de comer fumaba, si bebía de a duro fumaba, si iba o terminaba el #2 fumaba, y antes de acostarme y al levantarme fumaba. O sea que siempre fumaba. De hecho, podía no tener dinero para comer o la gasolina del carro, pero lo del cigarro debía estar ahí. Vicio endemoniado.
Pero en fin, que luego de decirme a mi mismo: «Mi mismo, vamo a eto!», fue que empecé a comprender lo realmente terrible de ese hábito. Solo con poder respirar, saborear y no heder a diablos, ya está todo dicho. Y no pienso devolverme.
pb.