La mujer se preguntaba como un hombre tan bello, atractivo, caballeroso, inteligente, hombre-hombre, adinerado, educado, con buenos valores morales, que no escupia ni se escarbaba la nariz en público, que para pedorrear fuera al baño, que no tuviera ni un ápice de ´perro con ropa´; fuera de capaz de desconocer las artes amatorias en el juego de encontrar el punto G, y mas aún, excitarlo. Luego de ese profundo análisis, tuvo la decisión de buscarse un ginecólogo como amante. Al menos, ese si sabria en que territorio ´pisaba´.
El hombre nunca entendió como una hermosa mujer con todo lo que trae puesto, fisícamente hablando, le tenia asco al sexo oral, siendo ella su esposa. Todas sus dudas se despejaron cuando la encontró con su mejor amiga, en ´esas´. Luego de este percance del destino, desigual y sobre todo, no correspondido hacia él, la frustración le llegó en su siguiente visita al úrologo. Al menos, ese si sabia como ´tocarselo´.
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